jueves, 20 de enero de 2011

¿Bailamos?

2011, y solo han bastado 21 años para darme cuenta de que las cosas no salen como planeas, que a veces por más que uno deba tomar un camino determinado, o deba hacer lo que se supone que debe, algo inexplicable, cambie todo, haga que las cosas dejen de importar, que el resto deje de sonar. Y cómo, pese a lo racional de esta vida, nos guiemos por nuestros sentimientos, nuestros sueños, y lo que el ser humano más anhele.

Cómo la música puede hacer mover nuestros pies y desplazarnos de derecha a izquierda y viceversa, cuando incluso no nos apetece hablar.
O cómo un olor, una fragancia, te pueda hacer recordar un momento, un lugar o a alguien especial.

1998, planeé mi vida, mi futuro. Aquél lugar en donde trabajaría, el éxito que tendría, mi preciosa casa con jardín, y esta claro que siempre bien acompañado. ¿Y problemas? Esos, no existen ni los hallaré por el camino.

Pero el tiempo basta para darme cuenta, de que no todo lo que planeas se cumple, que el llámalo destino te guía por caminos que nunca esperaste, con gente a la que nunca llamaste y en lugares donde nunca te viste.

Y que bonito es no saber tu dicha, porque por muchas horas que pasé planeando bajo esa oscura noche, me perdí cada detalle de lo más importante de ella, una lluvia de estrellas.

Abre la ventana, porque tengo un pie en aire y otro sobre la repisa. Y con la mano tendida te aviso, me da igual que estés en pijama, por que yo también lo estoy, solo quiero bailar bajo las estrellas esta noche


Música: You don't know me de Michael Buble.