sábado, 18 de agosto de 2012

Cristal




Lamina cristalina por la que cruzaban los rayos del sol, aquella que siempre brillaba y por la que en caso de lluvia, era lo suficientemente lisa y llana, para que las gotas de la tormenta deslizasen hasta quedarse abajo. Más tarde, la propia naturaleza, hacía secar aquel charco.

A veces, no es suficiente. Soñé con verte. Soñé con tocarte. Soñé con protegerte. Soñé y soñé… pero ya no estaba. Ya no había nada nítido, puro. Ya no veo mi reflejo, ya no veo el tuyo, tampoco el de nadie.

Las puntas del cristal se me clavan por los dedos. Son pequeñas, pero lo suficiente afiladas para atravesar mi cuerpo entero y llegar ahí donde más duele. Mis recuerdos.

Quizás es ahí donde todos los cristales van a parar, o quizás otro lugar debería ser su destino. ¿Que tal el corazón? Quizás lo prefiera.

Me niego a pensar que el cristal nunca fue puro, o que su reflejo nunca funciono. Y no dudo, sino lo sé. Nuestras manos sobre nuestra espalda siempre fueron suaves. Las mismas. Puras, reales y claras. ¿Por qué cortarlas ahora? ¿Por qué ya no brillas conmigo cristal?

Perdóname lastimarte, pero cristal… no tortures mis manos. No tortures mis recuerdos ni los tuyos. No me odies ni te apagues. No te dejes contaminar y vuelve a brillar. No me hagas daño. Porque te veo ahí donde me muevo. En cada espejo, en cada reflejo ¿No me ves tú a mí? ¿O me odias y por eso me astillas?

Ignoro las burlas o murmullos de otros, pero no te vayas, no me dejes. Cristal resplandeciente y bello, no te dejes romper más. Soy el mismo, soy yo, ¿no me reconoces? Te extraño y te añoro. Ojalá podamos volver a brillar, y de un modo u otro, vernos de nuevo. Te pienso de verdad. Soy yo, de verdad.

Te echo de menos, cristal decoroso, puro y bello.




Jorge

sábado, 28 de enero de 2012

Wake up



    Hoy, escribo únicamente para dar las gracias. Dar las gracias de poder estar aquí, de poder vivir en un lugar como el que vivo, y rodearme de gente a la que aprecio y quiero. De poder levantarme cada mañana, poder mover cada una de mis piernas, y tener plena libertad de mover cualquier parte de mi cuerpo a mi antojo y júbilo. De sonreír, y de disfrutar con cada rayo de sol.

A veces no me doy cuenta, que las desgracias, es pan de todos. Que las malas situaciones de vida, son pan de muchos, y que las pocas ganas y entusiasmo que ponemos a nuestros que haceres diarios, a veces son mínimos. Con esto no pretendo ser moralista ni ético. Simplemente exaltar un sentimiento, e intentar potenciar otros muchos.

Dar las gracias por poder correr y poder gritar.

Hoy, me he levantado de la cama y me he dirigido al baño, los rayos del sol me llenaban de luz. Y sí, es cierto que todas las personas de este mundo tienen sus baches y sus malos momentos. Pero ahí estaba yo frente al espejo, teniendo un futuro incierto por delante, que muchos no pueden aprovechar. Sintiéndome muy agradecido de lo que tengo y he tenido. Acordándome de aquellas personas, que por unas circunstancias u otras, han tenido segundas oportunidades en la vida, personas que han estado a punto de perderlo todo, y cómo en algunas ocasiones, darme cuenta de lo que tengo, se encuentra bajo tierra.

Dar las gracias por tener una familia, rodearme de todos aquellos que han hecho lo que soy hoy, de cantar, y de ser quién y cómo soy.

Hoy me da igual todo lo material, ojala tenga esta sensación al despertar cada mañana de mi vida. Lo más probable es que no sea así. Pero como todo buen momento, he de aprovecharlo. Hoy, como ya he dicho, me siento afortunado. Y ojala el resto, también se sienta así.


Música: I need to wake up de Melissa Etheridge.