lunes, 28 de marzo de 2011

Serrano 41

    No sé a vosotros, pero a mi me encanta salir de la ducha descalzo, llegar hasta mi habitación mientras suena la mejor música que he podido seleccionar para la lista de reproducción antes de salir. Ese sentimiento pegadizo de una prometedora noche, diferente a las anteriores, y simplemente, una noche puede que inolvidable y llena de sorpresas.

Subir el volumen, elegir si camiseta o camisa… que esperemos que no porque tengo cuatro y muchas feas, elegir entre todo el surtido de Calvin Klein, bajar el volumen porque no sabes si suena el teléfono… vestirte, volver a subir el volumen de nuevo, echarte colonia… Todo ello claro esta si no eres jorge en un 70%, teniendo que saltarte muchos de estos pasos porque has malgastado ese tiempo dedicado a este “preparamiento” en chorradas varias. Sí… parecía que esos 30 minutos que te quedaban, eran minutos normales, de esos que no ejercen la mitosis y que cuando vuelves a echar la vista al reloj no te sale un “coño, ahora quedan 15…”  y sí, es algo que debo cambiar. Pero bueno, al fin y al cabo todos somos muy parecidos en nuestro pequeño mundo diferente y estoy seguro de que no soy el único, y muchos saben de lo que hablo.

Es entonces cuando ya preparado y listo, tienes la suerte de ver Madrid de noche, ¡y en todo su esplendor! Sus maravillosas calles por donde llevas paseando toda tu vida, unas con suerte y otras con menos, unas en familia y otras no tanto, feliz, triste, animado, desesperado, e incluso alguna vez de la mano.

Pero centrémonos en la noche. Parece que va a ser una buena noche, la luna esta más grande que estos últimos días y mi presentimiento aún se mantiene. No solo calles… por supuesto ya ves como la marabunta de jóvenes y no tan jóvenes se agolpa en el metro, ellas con sus tacones de colores, y ellos con camisa unos cuantos, yo finalmente, he optado por polo, línea media. Eso sí, como todo joven, o eso parece, no puede faltar las botellitas de limón, coca cola e incluso fanta de naranja a veces. Sí… alcohol también hay un poco. Y para que engañarnos, seguro que a muchos diambulantes del metro esta noche, esos vasitos con hielo, les hará pasar una buena noche, reírse más, y también malas jugadas acabando en matorrales con su única visión al suelo, tampoco nos engañemos del todo. También dicen que con un poco de esta ayuda, te asciende a un punto de indiferencia y felicidad, haciéndote olvidar todo aquello que llevabas en esa mochila de la cual a veces os hablé. También existe la posibilidad de que te pegue una patada este majo vaso y haga que se te caigan todas las cosas de la mochila. Yo de momento me mantengo al margen procurando que esta noche sea simplemente una gran noche.

A veces te puedes encontrar con inconvenientes como… esperas en el metro eternas, más frío de lo previsto, lluvias… pero… ¿Qué tonterías no? aunque tengas media cabeza mojada y aireada cual pingüino. Pensamientos positivos… siguen siendo los mismos.

No sé vosotros, pero estoy algo cansado de sentirme afortunado por tener la gran suerte de entrar a algún sitio por el motivo de ser chico. Pero bueno, ya estoy dentro y la música no esta mal. Las luces molan y el sitio… esta bastante bien. No abarrotamientos, no excesivo calor, no excesivo pijerio.

Realmente parece un sitio genial, donde y desde otra perspectiva puedes continuar examinando la noche de Madrid, donde puedes ver cosas como una chica entrada en carnes con un minivestido de mi prima pequeña la Mary realizando aspavientos con su trasero sobre un pobre chico, como cual gata en cocolandia, mientras el no tan pobre chico le sube el vestido entre espasmo y espasmo. También están aquellos imanes de la nevera humanizados en seres humanos como nosotros. Las flipadas de turno, algún raro y extraño señor que deambula toda la noche solo por la zona y algún ser insólito más de la noche. Pero resulta divertido ver situaciones así, y muchas veces, son estas cosas las que hacen que recuerdes una noche como una gran noche graciosa y divertida. Por supuesto, existe gente completamente normal en la discoteca, y exceptuando los casos aparte, será maravilloso compartir noche con el resto de la gente.

Me encanta ir de fiesta con vosotros, me encanta salir, reírme, hacernos alguna foto, ir como imanes al foco de captación de la cámara cuando esta se asoma a hacer una foto y con ello por supuesto hacer el tonto, bailotear de forma graciosa, imitarnos y seguir los pasos del otro, y… me encanta bailar, aunque no se me de extremadamente bien.

Si en ese momento giro la cabeza y observo mi alrededor me doy cuenta, que la gente lo esta pasando bien, se ríe y disfruta de la noche, y por obra mágica, como si de magia se tratase, para muchos esa noche será decisiva para otras muchas cosas.
¿Pensamientos positivos? Unos cuantos menos. Ya estoy algo cansado, mi efusividad ha mermado mucho.

Y es en ese mismo instante cuando comienza  a sonar una de esas canciones que uno considera, sus canciones. Y lo único que se te ocurre decir es algo como… me encanta esta canción… ¿A quien pudiese interesar que esa canción te guste?, ¿o lo que significa para ti? ¿Qué recuerdos te traiga, qué simboliza o acaso por que ahora bailas más lento? Seamos francos…

Cómo del hilo musical que envuelve la sala, se clava por tu cuerpo deteniéndote a examinar la canción, a traer sensaciones y emociones a tu cabeza que te hace flotar y vagar a otro lugar completamente fuera de esta discoteca. Simplemente esa patada sin vaso me hace estremecer y sentirme completamente fuera de todo. Supongo que no soy el único que se ha sentido así alguna vez.

Y es ahí y en ese momento, cuando por mucho que intentes pillar el ritmo con tu cuerpo a la melodía, estas desacompasado, fuera de todo, del resto, solo, y que nadie más va a poder entenderte.

Esta serie de canciones y sensaciones se clavan tan hondo, que ya bailar y sonreír cuesta, resulta irónico y patético. Me doy cuenta de que la noche ha sido como una más, no ha sido mala, pero tampoco buena, simplemente sin más.
Que he disfrutado con mis amigos, pero en momentos como estos desearía estar muy lejos. Evitando cualquier contacto, pensamiento estupido y no racional que en ocasiones me encantaría soñar. Que  la única sorpresa que me ha deparado la noche ha sido la lluvia con viento inesperada. Y que mis pensamientos positivos los dejé media hora atrás, antes de que me apartase del mundo y me sentase en una especie de sofá.

Como ya dije, hay veces que te gustaría soñar toda la vida, aunque sepas que no es real, o sencillamente, no despertar a veces.

Simplemente la prometedora noche inolvidable y llena de sorpresas solo tenía cabida en mi imaginación. Una noche más y en momentos así, me encuentro desplazado del mundo.


Música: How does it feel de Klass, Empire State of Mind de  Alicia Keys.

miércoles, 9 de marzo de 2011

P. de No retorno


Joder, ¿por qué todo no puede seguir, avanzar, y continuar hacia lo que deseas?, ¿llegar a ser quien quieres, y tener esa fuerza?, que desgraciadamente, tú no tienes.

Por qué cuando ves a otro semejante, lo ves tan claro. …y sería tan fácil llevar esa mochila, esa losa pesada que solo aguantarías unos días. Pero ¿Qué pasa? No entiendo… ¿sentimos demasiado? ¿Uno mismo se quema por dentro? Ahora soy yo… Te hundes, y la mochila me lleva para abajo, no me deja respirar claro. Noto por momentos como me contrae el abdomen impidiéndome respirar por unos instantes.

¿Por qué a veces si?, ¿Por qué a veces no?, ¿por qué a veces te asomas, recuerdo? ¿Por qué siento anhelo? ¿Por qué a veces no olvido tus ojos ni tu mirada? ¿Por qué me haces sentir tan débil? ¿Por qué me haces sentir triste?
¿Por qué pones mi nombre a cada una de tus hermosas frases? Porque me debilitan
¿Por que no puedo odiarte ni quererte?
¿Donde esta ese punto medio que no encuentro? No te quiero. No te odio. Nunca.
Esta noche, el dibujo y los recuerdos han podido conmigo.

Quiero quererte… Quiero aprender a quererte como tú me quieres a mí.
Quiero aprender a pasear a tu lado, a compartir tu vida, a ser tu amigo, y ahora, o quizás hoy, no se muy bien cómo, pero te juro que espero algún día lograrlo.





Música: Already gone de  Kelly Clarkson

viernes, 4 de marzo de 2011

1:30

Dont forsake me de Duffy, minuto 1:30
   
      Muchas veces he pensado que el ser humano, tal y como lo conocemos nosotros, habla por hablar, que expulsa palabras antes de ser procedidas por su cabeza y pensamiento, que nos guiamos por las apetencias y que la mayor parte de las cosas en esta vida son temporales.

Temporales cuando hacemos amigos en el colegio, en la universidad o en la playa, y tras años de amistad, los caminos se separan y toman sendas diferentes. Si, es cierto que nunca fue una falsa amistad, yo sentí amigos de verdad que me acompañaron durante muchos años, y que pese al tiempo y a la cierta temporalidad, yo les guardo recuerdo muy dentro de mí. Pero es cierto, esa senda que nos separa en algún momento de la vida, existe, la sella con fuego hasta que por circunstancias de la vida, de nuevo te vuelve a unir o flota en los recuerdos. Muchas veces en tu mano esta, aunque en ocasiones, ésta, no la puedes elegir.

¿Cuantas veces hemos prometido palabras o hemos tratado de convencer al contrario de algo que jamás cumplimos? ¿Cómo el ser humano promete regar una planta que luego la deja secar?

Dicen que la gente no se muestra como es, que actúa bajo un plan, y que muchas veces nos movemos desde un punto de conveniencia. Que la gente no muestra sus emociones y que nos encanta criticar.

Yo desde aquí diré, que no me importa mostrar mis emociones, que lo seguiré haciendo siempre, y que no me da verguenza.
Que nunca actué y espero no hacerlo, bajo un plan premeditado. Bajo un deseo a corto plazo.
Que nunca quise herir a nadie.
Que siempre quise verte sonreír.
Que siempre te acompañare amigo a donde me pidas y pueda.
Que seas franco conmigo amigo, como quiero serlo yo contigo.
Que mediré mis palabras frente a la gente que quiero.

Y que siento si algún día, cometí el error de dejar de regar esta planta, que para alguien es o fue especial.


El afán por ser silencio
me dejo tan confundido,
solo y triste
sin sentido,
no hay abrigo...
ni un amigo...

Busco caras familiares
Aparento la alegría
Mas encuentro los caudales
De mis días, Vida mía,
Hasta ahora solo fuiste
Pura y triste hipocresía...
¿Era yo el que sonreía?
¿Yo lo hice? Ni lo digas...

Aparento ser amigo
Y me engaño a la salida
No los quiero,
Los conozco...
Y hoy me alejo de sus vidas...


Poéma de Renzo D.

Música: Dont forsake me de Duffy